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Mostrando entradas de diciembre, 2013

La sabiduría del ignorante

Vivir en la ignorancia puede que sea una virtud más que un pecado, pero el hombre, desgraciadamente, tiende a saber más cuanto más sabe, aún siendo consciente (quizás sólo algunos), de que su conocimiento nunca llegará a satisfacer todas sus necesidades y que,  será si acaso, una minúscula casi microcelular parte del conocimiento real de la humanidad. Además, este conocimiento siempre aparecerá sesgado, según sus lecturas, sus posiciones ideológicas, sus preferencias aunque sea un catedrático de historia, el más insigne pensador o el científico más avispado. Lo cierto es que, realmente, todos vivimos en la ignorancia. Pero no hay que apenarse por ello, la virtud de este ignorante es en sí mismo su ansia de conocimiento, sobre todo cuando el que intenta adquirirlo sabe y es consciente de que que este conocimiento va creciendo inversamente a su felicidad. El lelo, el bobo, el que no lee, el ocioso, será seguramente mucho más feliz que el que investiga el que se interesa y el que descu