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Vivir las Leyendas no es ir contra la Historia


Decía Platón en sus Diálogos que más allá de las Columnas de Hércules existió una civilización hace más de 9000 años, es lo que siempre se llamó la Atlántida. Esa civilización superior que lleva a millones de personas a pensar que hubo quienes nos precedieron. La ciencia histórica ha dejado ya muy clara su postura, también los filólogos y filósofos. Platón inventó la historia, creó un mito, y así es aceptado por la comunidad científica. La pseudociencia y la parasicología todavía ponen en duda lo incuestionable, la Atlántida no existió. Ahora también, no creo que nadie en su sano juicio crea que sí existe el monstruo del Lago Ness o que los extraterrestres sean los dueños del Área 51.  Tener las cosas claras, ser objetivo y estar en tu sano juicio no quita que puedas seguir soñando con el mito. Que mires Doñana y puedas imaginar el relato de Platón, y que también se pueda crear una industria, crear emblemas y símbolos de ello. Es lo que han hecho las religiones desde el comienzo de la humanidad. ¿Por qué se cuestiona tanto que se puedan crear exposiciones sobre mitos y no sobre la fe de las religiones? Habría que hacer un amplio estudio antropológico al respecto. 


Imaginar la Atlántida no cuesta nada, ya lo hizo Platón. Imaginar su ubicación tampoco, y los beneficios que podría crear hacer de ello un reclamo serían enormes. Una industria que tuviera por ejemplo un símbolo, los anillos concéntricos que plantea Platón en su relato, un centro de interpretación de sus textos, y alguna que otra visita guiada. Es lo que hacen en otros lugares, es de lo que viven pueblos enteros. Sanlúcar, por ejemplo, es la ciudad de España con la tasa de paro más alta y, quizás, podría conseguir paliar de algún modo esa situación si se orientara su leyenda a ser un atractivo. En español tenemos un solo término para referirnos a la historia creada y a la historia real, sólo historia, como cuento, o como realidad histórica. Quizás eso nos hace confundirnos, y pensar que todo lo que se cuente va a ser tomado como irrefutable. Los que hemos estudiado la historia sabemos que no hay nada irrefutable e incuestionable, y que todo relato histórico, hasta el más científico está sometido a la subjetividad del que lo crea, a su contexto histórico y a sus circunstancias personales. Por lo tanto, quizás no diste mucho la una de la otra. Nunca sabremos cómo fue Julio César, sólo tendremos una idea, lo demás serán añadidos más o menos certeros, que irán reafirmándose o retirándose según el momento en el que se estudie. La Atlántida es un cuento sí, pero de la mente de Platón, no un cuento para niños, un planteamiento filosófico de uno de los mejores filósofos de la historia.  Puede que haya llegado el momento de tomarlo un poco más en serio.

El mismo caso lo tenemos con Hércules, al que tenemos en nuestro escudo
autonómico y en el de la ciudad de Cádiz, y sus columnas, presentes en el escudo nacional y hasta en el símbolo más grande del capitalismo, el dólar. Sus trabajos en el jardín de las Hespérides y en el robo del ganado de Gerión tampoco reciben el tratamiento que debieran. La mayoría de los gaditanos los desconocen, y para nada es un icono de nuestra comunidad cuando debieran serlo. Crear columnas, para soñar con un Hércules que llegó al fin del mundo, volver a plantar el Drago en el que se convirtió Gerión, que emana su sangre, contar su historia, vivirla, sentirla como propia, no va en contra de la historia como ciencia, muy al contrario nos hace entender cómo el hombre empezó a explicar lo que no conocía en esa lucha incesante entre el mito y el logos que aún no hemos superado. ¿No piensan ustedes como yo que estamos perdiendo oportunidades? Intentamos ser más papistas que el Papa y todo lo criticamos, pero no aportamos realmente nada interesante a la sociedad, no aportamos ideas, no aportamos soluciones, sólo ponemos trabas a quien intenta pensar en un mundo mejor, también utópico, pero que se puede conseguir poco a poco si todos remamos en el mismo camino. ¿A quién puede molestar que se hable de la Atlántida o de Hércules? ¿Cuántos ídolos de Cádiz se venderían al año si se tornara en su figura más notable? ¿No os gustaría que vuestros hijos relataran y recordaran esas historias?.

Como estos dos ejemplos, existen muchísimos más, el tren pasa por nuestros ojos y no somos capaces de subirnos a él. Y los primeros nosotros, los historiadores, que no perdemos oportunidad en dejar muy claro una y otra vez que las historias inventadas no deben representar culturas, cuando toda la cultura occidental tiene unos cimientos cuestionables, y cuando los nacionalismos entre otras cosas, se basan y se siguen basando en eso, en glorias que no lo fueron tanto. 
Quizás esto no sirva para nada, quizás no se tome en serio mi postura ni mis ideas, pero por favor, déjenme aunque sea, que me siente en el puerto de Bonanza y siga leyendo a Platón imaginándome la Atlántida, que cuando esté cerca de un Drago y vea brotar su savia le cuente a un niño la historia del gigante Gerión, y que cuando pase por el puerto del Cabrito entre Algeciras y Tarifa, le hable a quien se siente a mi lado de aquellas columnas que el héroe griego  puso en ambas orillas….



Comentarios

  1. Por favor,¿podrías indicarme dónde está esa estatua de Hércules y de cuándo es? En Ceuta hay dos y me huelo son copiadas de esta.

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